Conversaciones y crónicas


Yani Lui, estuvo conversando con De Aquí Parallá antes de tocar en el ciclo, mañana domingo 26/10 en El Quetzal.  Entre otras cosas, nos contó que está terminando de grabar su primer disco, que saldrá a la luz el año que viene, con grandes músicos e invitados.

Compartimos esta nota con vos...

¿Contame hace cuánto y cómo comenzaste en la música?
Empecé con la guitarra a los 11 años. Quizá desde ahí, o desde antes.  Soy de los Toldos pero viví un tiempo en Junín donde estudié  en un conservatorio. Cuando terminé el secundario, empecé otra carrera y aunque no parezca soy contadora. De todas formas, siempre me gustó la música. Así que cuando me recibí en el 2000, retomé esa pasión. En ese momento vivía en La Plata, y fue cuando tuve un reencuentro con la música.

Y particularmente con la música popular…
Desde muy chica en mi casa se escuchó música argentina y latinoamericana. Sobre todo a Mercedes Sosa. Había discos de pasta de José Larralde, de Atahualpa Yupanqui, y  era la  única que me pasaba horas en el living oyéndolos. Un día llegó a mis manos un disco de Peteco (Memorias de amor), y ahí empecé  a conocer a todo el movimiento de MPA; lo que me llevó a Cuchi Leguizamón, a Chango Farías Gómez y a Vero Condomí, que luego fue mi maestra. Conocí mucha música nuestra: al Dúo Salteño, a Raúl Carnota. Imaginate que las disquerías de allá tenían poco y nada, así que lo que aparecía me lo compraba. Además de la música de Brasil, que continúo escuchando. Todos esos vinilos estaban en casa.

¿Y tu vínculo con Verónica Condomí?
Más o menos al año de estar en La Plata la conocí a Vero Condomí, en un encuentro muy lindo que se organizó en el Centro Cultural del Sur, donde tocaron ella, Peteco Carabajal y Aca Seca, entre otros. No podía creerlo porque estaba acostumbrada solo a escucharla en discos. Me habían comentado que daba clases, así que le pregunté. A los pocos días estaba tomando clases con ella. Fue alucinante. De aquel encuentro pasaron años y con ella hoy  tengo una relación de amistad.

¿En qué momento empezaste a componer?
Como te decía, cuando me fui a La Plata me reencontré con la música, con peñas, guitarreadas, juntadas. Me explotó la cabeza porque además conocí mucha gente y a mis amigos más entrañables. Estando en La Plata empecé a componer, apoyada por mis amigos porque varios de ellos escribían. La idea era compartir, encontrarnos y tocar.  En aquel momento me pasaron unas letras, y les puse música. A partir de estas letras, surgieron mis primeras melodías con las que compuse los temas que tengo. De todas maneras, lo hago muy rudimentariamente, si vieras mis primeros pentagramas.

Y estás grabando tu primer disco...
Sí, el disco tiene temas míos y compartidos, y siete canciones de compositores reconocidos, que elegí y que tienen que ver con mi búsqueda en la música. Siento que soy un poco cada uno de esos temas, me los he apropiado y tienen mucho que ver con mi historia. En el disco están de invitados Vero Condomí, Peteco Carabajal, el Duende Garnica, Quique Condomí, Claudia Sereni,  Marcelo Chioldi y Paola Bernal. Y está también el maestro Juan Falú, que para mí es una gran persona y tenerlo es un honor enorme. También grabar con Pablo Fraguela, que en mi opinión es uno de los mejores músicos, compositores y arregladores que tenemos actualmente. Y por supuesto, también contar con músicos como  Taty Calá, Matías Furió, Martín González y Federico Nicolao (técnica). La idea es que el disco esté listo para el año que viene.

¿Con qué influencias cuenta el disco?
Considero que lo interesante al momento de hacer música, es captar la esencia de otras regiones, de sus músicas y músicos, para transformarlo, para hacerlo propio. Soy bonaerense y es cierto que no hay mucha divulgación de los grandes músicos de la llanura, pero mi mayor influencia es Santiago del Estero. El disco tiene varias chacareras, que quizá están más del lado de la "canción" que de esa cosa más sachera. También me gusta mucho cómo tocan los tucumanos, la manera que tienen de hacer música.

¿Qué te sucede al pensarte como parte de esta generación de músicos?
Creo que hay gente joven con mucho talento, y es un orgullo formar parte de este grupo, de esta generación. También valoro muchísimo lo que hace Juan Falú acompañando a estos músicos. Es una persona que tiene una visión diferente, como esos tipos que están en los lugares claves y de repente generan cosas como lo que me pasó a mí. O lo que logra en el "Encuentro de Guitarras del Mundo". Creo que tenemos un nivel impresionante de músicos, a diferencia de otros años hay mucho para escuchar, en todos los géneros, todo el tiempo. Y por suerte también hay bastante espacio alternativo que está bueno para mostrar lo que uno hace, más allá de las imposibilidades que genera la política cultural de la Ciudad (clausuras,  etc.).

Respecto de tu canción la "Herida Abierta", ¿cómo crees que se vincula lo social con tu música?

Me siento muy comprometida con un montón de cuestiones, sobre todo con lo que dice esta letra. Yo nací en diciembre del ´75 y formo parte de esa generación. No puedo no sentirme involucrada, así no haya nacido en aquella época. Quizá el hecho de vivir en un pueblo a 300  kilómetros  de la Capital muchas veces te aleja sin poder percibir la realidad en toda su dimensión. El haber vivido en La Plata, una ciudad tan movilizada y tan aguerrida, me hizo encontrarme con muchas cuestiones que en mi pueblo no me sucedían. Para mí fue un despertar, y si bien la letra no es  mía, es de Hernán Nahon, un amigo de Chascomús, estoy completamente de acuerdo y feliz de haberle puesto la música. La hicimos en  el año 2001 y casi con lágrimas la canté hace no mucho tiempo en Radio de Las Madres, fue un momento muy fuerte. Era algo que soñábamos con Nano. Cuando me tocó cantarla en la radio me intimidó el hecho de pensar cuál era mi derecho para estar cantando esto. Y me da mucha emoción esa canción. Que Hebe o Estela puedan escucharla, o cualquier Madre o Abuela de Plaza de Mayo. Para nosotros es una forma de decir acá estamos, desde acá nos paramos y miramos. Una noche, después de cantarla en un guitarreada, se acercó una señora que había estado detenida-desaparecida en un centro clandestino de La Plata, para agradecerme porque había sido muy fuerte para ella escucharme.

Mañana domingo 26 de octubre, Yani Lui nos estará acompañando junto a Pablo Franguela. Para cerrar el encuentro presentará sus canciones el compositor y músicos tucumano Topo Encinar, acompañado por Federico Nicolao en guitarra.

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De Aquí Parallá

"Al igual que el río, la música es como el agua, que fluye, suena"

Entrevistamos a Cecilia Pahl artista que va a formar parte del ciclo en el mes dedicado a la música del Litoral y de la región Guayrá (Misiones, Paraguay y sur de Brasil).


“Me interesó la propuesta de De Aquí Parallá, es interesante esta posibilidad de que el artista pueda acercar una poesía, el sonido de un lugar, a través de las palabras y la música”. Así empezaba la charla. . .

¿Cuáles son las particularidades de la música litoraleña?

En cada región, en cada lugar, la música popular suele ser un reflejo de sus habitantes y de la particularidad de su paisaje. En el caso del Litoral ya está en su geografía, está rodeada por dos tremendos ríos, el Uruguay y el Paraná. El río está siempre presente, con sus aguas, la vida de las personas que viven en la costa, en la orilla, los pescadores. Esto siempre está.  El Litoral es amplio, con el río como gran imagen, junto a la vegetación y al abundante mundo animal.  El chamamé es el ritmo más representativo pero cada provincia en su particularidad tiene un ritmo. Por ejemplo: la chamarrita en Entre Ríos; en Misiones la polca, la galopa, el rasguido doble, el gualambao que es un ritmo creado por Ramón Ayala. También por la influencia de Paraguay, la guarania cruza el río. Y la canción litoraleña que es un ritmo más lento que el chamamé, donde la canción y su  letra cobran importancia.

La propuesta del ciclo implica entender la música más allá de los límites políticos-administrativos ¿Con qué influencias cuenta la música litoraleña?
Misiones tiene mucha influencia de Paraguay y Brasil, es una provincia pequeña y angosta con límites en estos dos países y solo un tramo menor con Corrientes.  Esto se refleja fuertemente en su música. En la raíz están los guaraníes, y a partir de ahí todos los que fueron llegando, los españoles, y la mezcla. Lo criollo, lo afro que llega con Brasil. Y luego la inmigración del siglo pasado, mayormente de Europa,  alemanes, suizos, ucranianos, polacos, suecos, eslavos dejaron su marca en la música de la región.  Por ejemplo, el chotis es una danza que se baila y escucha mucho,  vino con esos inmigrantes. La polca también, es polaca. Existe la polca paraguaya como ritmo regional con su particularidad también.

¿Con qué ritmo te identificas como cantora de música popular?

En realidad, hace cinco años me dedico profesionalmente  a la música popular. Vengo de hacer música clásica en EEUU y en Misiones. En esa migración se produjo el deseo ferviente de cantar la música de mi tierra.  Al volver, empecé a trabajar con la música de Ramón Ayala. Yo no soy compositora, soy una intérprete y elijo el repertorio que puedo cantar.  Todos los ritmos me interesan, pero como cantora hay algo que me interesa más que el ritmo, y es la letra, ese contenido es fundamental para mí. O sea, no puedo cantar algo con una hermosa melodía y que no tenga una letra con algo para decir para mí. Eso me condiciona.  Y al momento de elegir, es muy importante. Elijo repertorio que se compone en estos ritmos y con letras que hablan de la región, o alguna letra de amor como la guarania llamada “Oración a mi amada”, por ejemplo, que me gusta mucho, y que es un canto al ser amado.  Hay un lenguaje propio de aquella región, muy particular.
  ¿Qué sentís ante la posibilidad de recrear composiciones o poemas casi olvidados?
En mi repertorio, hay mucha obra de Ramón Ayala, porque justamente mi primer disco está dedicado a su obra. Son 10 temas, y sus canciones hablan de Misiones, del Litoral siempre con ritmos de la región.  También grabé “El Jangadero”  , una galopa de Ramón que habla de una profesión que ya no existe más. El jangadero es el que transportaba la jangada por el río Paraná, río abajo desde Misiones hasta el puerto de Buenos Aires, que dice “por el Paraná, jangadero va”
Esta canción, es emblemática en la música popular argentina. Hay una grabación muy importante realizada  por Mercedes Sosa en el año 60, 50 años después, en el 2010 vuelvo a hacerla , siempre teniendo presente aquella versión.  Es increíble como uno puede recrear hoy, una letra, un poema o una composición. Al igual que el río, esa música tiene mucha agua, que constantemente está corriendo. Eso fluyó en la guitarra, y en esta versión la hice más canción.


 ¿Quiénes son tus referentes en la música litoraleña?
Son muchos, los hermanos Rudi y Nini Flores, correntinos,  tienen una estética  con que abordan el chamamé que me interesa muchísimo.  Juan y Marcos Nuñez, de Misiones,  también con formación de dúo en bandoneón y guitarra. Ellos tocan con Ruiz Guiñazu,  gran percusionista.  Obviamente, el Chango Spasiuk, con quien también me siento identificada. Es un músico con una estética muy particular, es una nueva manera de continuar con el lenguaje,  evolucionando y creciendo con él. No puedo olvidarme de Chaco y Formosa, de Coqui Ortiz, un gran compositor, autor de letra y música. Tiene un trabajo muy interesante con el poeta, Aledo Meloni, quien acaba de cumplir 100 años. Coqui es un gran referente.  Continuando río abajo, en Paraná está Carlos "Negro" Aguirre, pianista, compositor e intérprete.  En realidad, hay muchísimos músicos en la región, pero son algunos con los que me siento más a fin. 


 Y…Ramón Ayala..
Y por supuesto, el querido Ramón Ayala. De Misiones es el compositor y poeta más importante, a mi modo de ver, un gran creador.  Me interesó mucho la posibilidad de cantar y grabar cosas de él, en especial obras no tan conocidas. “El cosechero” también es de Ramón y todo el mundo la conoce pero pocos saben de quien es.  Él habla mucho del hombre y su paisaje, del hombre y sus quehaceres.  Por ejemplo, en el gualambao Corochiré desarrolla un precioso poema que habla del zorzal (Corochiré en guaraní). Esta obra es la que da nombre a mi disco.

El domingo 21 de octubre, en un hermoso encuentro, Cecilia Pahl nos estará acompañando junto a la participación del guitarrista Diego Galeano y el pianista Chungo Roy, ambos de Misiones. Y como artista invitada, estará la cantante paraguaya Romy Martínez


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Joaquín Berri

“La música del Litoral suena a río"




Mate y guitarra de por medio, entrevistamos a Florencia Bobadilla y Abel Tesoriere, dos músicos que se cruzaron en Buenos Aires y decidieron volver sus raíces con un repertorio bien litoraleño y lo estarán compartiendo con nosotros en el ciclo “De Aquí Parallá”

¿Qué particularidades tiene la música litoraleña?



La música del Litoral, en general,  hace referencia a las costumbres, al trabajo y la cotidianeidad. En nuestro país,  las regiones se diferencian mucho por el clima, lo que determina los paisajes y éstos, a su vez determinan la  forma en que las personas trabajan la tierra, la forma de vestirse, de alimentarse. La  música crece y se desarrolla desde todos éstos lugares.  
Por ejemplo, en nuestra región tenemos las letras que cuentan los mitos, las leyendas, las cosas cotidianas de las personas.  También tenemos la clásica canción de amor, que es universal, pero con nuestros ritmos. Hay un denominador común, nuestra música suena a río, tiene paisaje y tierra.  Eso es lo característico.
¿Cuáles fueron las influencias en el Litoral y cuáles son los ritmos e instrumentos que podemos considerar característicos?
En el caso del Litoral la gran influencia es el río, los peces, el camalote, la canoa. Estos son elementos  generadores de la música. En toda la región, la influencia limítrofe del río hace que el chamamé, por ejemplo, sea de una manera en el río Uruguay y de otra en el Paraná.
En Corrientes,  la mayoría de las canciones son inspiradas en el río y en la pesca.  
También tenemos una gran influencia del Paraguay, y de la lengua nativa del guaraní. No tenemos que olvidarnos que Misiones tuvo una gran inmigración europea, y eso terminó de cristalizar en muchos ritmos, entre ellos la polca,  el paso doble, el rasguido doble, el vals, la chamarrita, la charanda. Otro ritmo es la canción litoraleña que se diferencia del chamamé por no tener una estructura coreográfica, no es bailable. También la influencia africana en la música latinoamericana es muy fuerte, sobre todo en la perta rítmica y melódica.  
En el caso de los instrumentos, el más característico es el arpa paraguaya, que si bien es  europea entra acá junto a la inmigración. Obviamente instrumentos como  la guitarra, el acordeón, el bandoneón, y antes se usaba mucho contrabajo. Hace tiempo hasta  llevaban el piano en un camioneta  cuando  salían de serenata ¡

¿Para donde se va moviendo la música del Litoral?
La música del Litoral aún cuenta con muchos de espacios que ocupar. A ritmos como la zamba, la chacarera y otras expresiones del folklore, los músicos le sacaron el jugo de una manera impresionante,  y creo que a la música del Litoral todavía le falta. Eso tiene que ver con lo hermético que fue el chamamé durante bastante tiempo.  En algún punto también este ritmo característico fue “discriminado” por el resto de las regiones, con la idea  de que formaba parte dentro del folclore, tal como pueden ser  la zamba, la milonga o la chacarera. En la escuela, por ejemplo, no forma parte del folclore. Aún hay mucha búsqueda por hacer y en eso estamos

¿Cuánto hace que formaron el dúo?
Somos dos amantes de la música en general.  Nos conocimos hace poco más de un año por un amigo en común. Estábamos guitarreando, empezamos a rimar y ahí se nos ocurrió juntarnos a tocar. Los dos necesitábamos volver a las raíces, a partir de búsquedas personales. Fue entonces que decidimos comenzar a traer de allá un poco de nuestra tierra, a Buenos Aires.  Empezamos tocando música del Litoral pero hacemos también boleros, por ejemplo.  A su vez,  tenemos proyectos apartes cada uno en formato dúo y trío. Aún ninguno de los dos se dedica a la música a tiempo completo por lo que en los huecos de tiempo que nos quedan nos juntamos a ensayar y armar cosas nuevas.

El domingo 14 de octubre, el dúo Bobadilla Tesoriere inaugura el mes del Litoral, en el marco del ciclo De Aquí Parallá. Compartirán escenario junto a Facundo Torresán Grupo, a partir de las 20.30 en El Quetzal.


Más información:


 21 de octubre. 5to Encuentro


La del 21 de octubre fue una noche llena de gente linda, y, espero entiendan de que se trata. No hay muchas maneras de explicarlo. Gente de esa que siempre sonríe al saludar y muchas veces lo hace con un beso en cada mejilla. Gente de esa humilde, cálida, dispuesta a compartir una mesa y un vaso de vino.

La lluvia que venía amenazándonos finalmente llegó ese domingo. Quizás esa sea la explicación. Este quinto encuentro del ciclo tuvo eso de las noches de lluvia. Eso de lindo de las noches de lluvia cuando te encuentran con amigos y guitarra. Sí, quizás así pueda explicarse.     

Fueron varios los que no se dejaron amedrentar y el salón de El Quetzal se empezó a llenar cerca de las nueve de la noche. Mientras tanto los chicos de Colectivo a Pedal nos llevaban directo al Paraguay.  Diego y Matías presentaron su segundo trabajo fotográfico documental: Jopara, “en guaraní quiere decir mezclado” nos explicaban. Imágenes del movimiento sin tierra, de lugares casi olvidados y muchos retratos de rostros duros pero amables. Un trabajo tan bello como impactante que recopilaron en un libro que pronto será editado.

Después llegó Cecilia Pahl. La misionera dueña de una de esas voces que reconocerías en cualquier lado. Voz limpia. Voz clara. Se subió al escenario junto a otros dos misioneros: el guitarrista Diego Galeano y el pianista Chungo Roy. Dos músicos de un talento increíble. No fue difícil dejarnos llevar a la  región Guayrá  después de escuchar a Cecilia interpretar para nosotros algunos temas de Ramón Ayala.

Con todo eso nos hubiera bastado pero se sumó una amiga paraguaya. Romy Martínez  cantó para nosotros en la lengua de su país, en guaraní. Voz dulce, tierna, angelical. Cecilia volvió al escenario e interpretaron juntas una canción. Un momento de lujo. De esos que se escuchan con los ojos cerrados, de esos que resuenan antes de dormir. 



No es necesario contar más detalles, con eso alcanza. Dejábamos el Litoral,  con la promesa de volver algún día. . .

Paula Marroni



14 de octubre - 4to Encuentro

Noche cálida, como el litoral y su gente. Como los artistas que estuvieron ese domingo en El Quetzal. Un poco de allá un poco de acá, la gente se fue acercando y cuando nos dimos cuenta éramos varios, tantos que el salon donde se preparaban Florencia Bobadilla y Abel Tesoriere no tenía sillas disponibles y muchos se acomodaban en el piso.




Empezaron ellos, un dúo que no parece haberse juntado hace un año. Es que Florencia y Abel se tratan como amigos de siempre y así te también te hacen sentir.



Flor ponía su voz y Abel la guitarra. Con Entrevero del Ramón de Zitto Segovia hubiese bastado, pero no, recién empezaba. Un repertorio bien litoraleño con mucho color, río, paisaje y también “historias de amor, de amor que duele, sufrimiento, pena” diría Flor. Además, se dieron un gusto fuera de repertorio y nos regalaron un bolero.



Después de un recreo, la excusa perfecta para acercarse a la barra por unas empanadas y alguna cervecita fría, llegó Facundo Torresán Grupo. Los chicos que viajaron 400 km. para llevarnos a nosotros de viaje.


La guitarra de Agustín García, el bajo de Franco Ratzkov, la percusión de Sebastián Martínez y el acordeón de Facundo Torresán recorrieron desde Entre Ríos a Buenos Aires sin escalas para realizar su primera presentación en la Capital. Una presentación con muchas obras propias y algunas ajenas que hicieron propias, acompañadas ocasionalmente por Guille Lugrin que puso voz y carisma a la noche, una presentación que nos dejó sin palabras.

“¿Para cerrar hacemos un clásico?” preguntó Facundo. Invitaron a Florencia que se puso de pie y entonó junto a Guille Merceditas.  Nos fuimos con esa imagen y esa sensación, la de estar viviendo una fiesta litoraleña, como esa que vivieron los músicos durante su último tema. 
                                                                                                                         
                                                                                                                                                                       Paula Marroni






Paula Marroni
2 de septiembre - 1er Encuentro
La gente empezó a llegar tempranito a El Quetzal, cerca de las siete y justo cuando el viento sur tiró por la borda las promesas de una noche de verano anticipada. Música norteña sonando en los parlantes, cerveza bien fría esperando en la heladera y algunas pizzas que ya empezaban a perfumar el lugar.


Así de temprano, a eso de las siete y media todos empezaron a agruparse en el patio para aprender algunos pasos de folklore. Primero un tímido ensayo sin música, “este es el paso básico, media vuelta, vuelta entera. Así se zapatea, vamos a ver el zarandeo” decía Sergio, el profe jujeño llegado a Buenos Aires hace algunos años. Después la música que acompañó el baile. Chacarera, gato y hasta carnavalito.


Apenas terminada la clase en el salón se proyectó el documental “Cajas en Carnaval” producido por Laura Peralta. Las imágenes nos llevaron desde nuestros cómodos asientos en El Quetzal hacia los Valles Calchaquíes sin escala. Allí se mostraba La Marcada, fiesta para señalar al ganado y el Carnaval para festejar la fecundidad de la tierra. Presente en todos estos momentos estaba La baguala, coplas acompañadas por la caja en ruedas de cantores. Al final del film aplausos y la aparición de Laura dispuesta a saciar cada uno de nuestras dudas. Ella tomó el escenario y comenzó a desplegar instrumentos típicos del norte: un erke, un erkencho y distinta variedad de cajas que hizo sonar mientras cantaba. Su pasión por la música folklórica nos fue abrazando de a poco. No quedaban dudas, andábamos de viaje por el noroeste.


Como si fuera poco, Laura dio paso a dos músicos amigos, Adriana Lubiz y Luis Pérez, quienes a su vez dieron aparición a los charangos en escena. Pequeños instrumentos que en sus manos se volvieron gigantes y llenaron el aire de música que nuestro cuerpo no pudo evitar seguir. Y como no dejaba de caer gente al baile el charango invitó a su hermano menor Walaycho y al hermano mayor Ronroco. Todos juntos en el escenario, Laura, Adriana y Luis nos mostraron la belleza de estos ritmos y de una cultura antigua que se hizo presente en cada nota.


Cuando los aplaudimos de pie caímos en la cuenta que estábamos en Buenos Aires pero nos quedo esta extraña sensación de volver de un paseo encantador.








Rocío Reverter